sábado, 25 de abril de 2009

Las rarezas alienigenas de Io


Io: la hermosa luna de Júpiter tiene incógnitas por develar


Io en todo su explendor

Treinta años atrás, antes de que las sondas Voyager visitaran Júpiter, cualquier mención de Io en una reunión hubiese llevado a pensar que se estaba hablando de CF. Hoy podemos ver maravillosas imágenes de esta convulsionada luna, tan buenas como las postales de un centro de veraneo. Esta extraña luna de Júpiter está reventando, literalmente, en volcanes. Una gran cantidad de penachos eruptivos (o "plumas") salpican su paisaje, que muestra, además gigantescas planicies heladas, escarpadas montañas y anillos volcánicos de centenares de kilómetros de diámetro. Estos volcanes son los puntos más calientes en cualquier cuerpo del Sistema Solar, excluyendo, obviamente, el Sol. Sus temperaturas exceden los 1800° K (1527° C). Las plumas de gases y material volcánico que vomitan se elevan 300 km sobre la superficie, y son tan grandes que se pueden ver desde la Tierra con el Telecopio Espacial Hubble. Gran parte de este material eyectado parece estar compuesto, en lugar de lava (roca derretida), de dióxidos de azufre. Por último, el aspecto de Io recuerda enormemente al de una pizza recién salida del horno.


Arriba: composición de imágenes de la torturada superficie de Io.


Hermosa imagen de Io sobre Júpiter

Desde que se descubrió el primer penacho o pluma volcánica en 1979, Io ha sido observado intensamente. Los astrónomos de los telescopios terrestres monitorean las grandes erupciones volcánicas registrando aumentos repentinos de radiacion infrarroja. Esas mediciones, combinadas con los datos obtenidos por las sondas Voyager y Galileo, nos permiten saber cuánto tiempo hace que algunos volcanes llevan en erupción.

Es curioso que un mundo dominado por volcanes que llevan décadas en erupción siga siendo muy, muy frío. Los terrenos adyacentes a los ventiladeros volcánicos están literalmente en ebullición, pero en la mayoría de la superficie, en cambio, están a una temperatura de -150° C o menos. La tenue atmósfera de esta luna atrapa muy poco calor del distante Sol y en cuanto los gases volcánicos se expanden en el aire se condensan y congelan. Las plumas de los hirvientes volcanes de Io por lo general están compuestas de nieve de dióxido de azufre.

Una terrible caldera en Io

El misterio más grande de Io es por qué sus volcanes son tan calientes. La temperatura de 1.800° K es de ¡un tercio de la temperatura de la superficie del Sol! Es posible que hace miles de millones de años la lava basáltica de la Tierra tuviese temperaturas similares, pero ahora son unos 300° K más frías. Es muy sorprendente ver en Io lavas tan calientes como las de los viejos tiempos de nuestro planeta, ya que el terreno de Io ha sido removido muchísimas veces y este es el proceso que produjo el descenso de temperatura en la Tierra.

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